En los últimos tres años, Nuevo León, en el norte de México, ha registrado un aumento de los homicidios y la expansión de actividades criminales como el robo de combustible (huachicol). Recientemente, el sur del estado vivió bloqueos carreteros, enfrentamientos y el asesinato de un policía municipal en los municipios de Iturbide, Galeana y Linares, luego de que criminales dispararan incluso contra helicópteros de las autoridades. Ante ello, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) detuvo a 27 presuntos delincuentes, incluidos siete menores de edad, con armas de alto calibre y equipo táctico, sin confirmar su relación directa con los disturbios.
La región sur de Nuevo León y la zona citrícola han visto una escalada de violencia en los últimos meses: se ha suspendido el envío de médicos en prácticas por la inseguridad y se han cancelado festejos como el del Día de la Independencia. Además, el año pasado se registró el secuestro y asesinato del secretario de Seguridad de Abasolo, a cuyo cuerpo abandonaron en un camino de la zona. Estos hechos reflejan el creciente clima de violencia que afecta a la entidad.