La afición de Las Palmas mostró su descontento con el arbitraje de Gil Manzano tras una polémica doble decisión en solo dos minutos. Primero, no señaló un posible penalti sobre Moleiro tras un forcejeo con Areso, y después, revisó la jugada en el VAR para terminar sancionando un codazo de Fabio Silva, lo que llevó a su expulsión.
El enfado creció aún más cuando el mediocampista Essugo fue expulsado por aplaudir irónicamente la decisión arbitral. Al término del encuentro, el técnico Diego Martínez evitó polemizar, señalando que respeta las decisiones arbitrales, aunque reconoció el error de su jugador.