Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró 2024 con una pérdida neta de 620,605 millones de pesos, atribuyéndolo al incremento en costos de venta, depreciación cambiaria y deterioro de activos. Solo en el último trimestre del año, la petrolera estatal registró pérdidas por 190,000 millones de pesos, mientras que su deuda total asciende a 97,000 millones de dólares. A pesar de recibir apoyo presupuestal del Gobierno federal por 136,000 millones de pesos, la empresa enfrenta restricciones operativas y problemas de productividad, según reconoció su directivo Jorge Alberto Aguilar.
La producción de hidrocarburos líquidos cayó 10% respecto al 2023, afectada por la disminución en campos clave como Maloob, Zaap y Quesqui. Para sanear sus finanzas, Pemex busca reducir su carga fiscal con una nueva tasa del 30% sobre la extracción de hidrocarburos, aprobada en la Cámara de Diputados. Además, se exploran esquemas financieros para cubrir adeudos con proveedores y se contempla la participación privada para elevar la producción a 1.8 millones de barriles diarios.